La boda de una mujer puede ser un momento lleno de ilusión y emociones positivas, pues simboliza la unión deseada con una persona que, en teoría, se ama; a menos que seas la princesa Diana, tu boda sea vista por millones en todo el mundo y la amante de tu prometido tenga la 'puntada' de asistir al evento. Lady Di vivió uno de los peores momentos de su vida (según sus propias palabras), cuando descubrió que la hoy reina consorte, se había dado el permiso de asistir al enlace de su gran amor, el entonces príncipe Carlos.
El 29 de julio de 1981 tendría que haber sido uno de los mejores días de Diana Spencer, sin embargo, años más tarde detalló que apenas días previos a la boda, ella había descubierto el gran engaño de su prometido. Ella decidió seguir con la boda porque 'pensó' que Carlos III terminaría su relación con Camilla en algún punto y podrían vivir su matrimonio tal como ella lo soñaba. Nunca pasó.
En honor a la verdad, aquel 29 de julio de 1981, Camilla tampoco la pasó nada bien, según se lee en relatos de expertos en realeza, hicieron falta cuatro personas para sacarla de la cama.
“La noche anterior la había pasado junto a sus amigas Annabel y Laura”, cuenta Junor. “Aún no se sentía bien, pero esta vez eran más los nervios que la sinusitis que la mantenía debajo de las mantas. Estaba aterrorizada", contó una biógrafa real que documentó la boda de la princesa Diana.
Sin embargo, Camilla se ganó la desaprobación total de Inglaterra al asistir a la boda, esto porque Carlos III se las ingenió para que la dejaran pasar a la iglesia.
“Cuando caminaba al altar solo la buscaba a ella entre los invitados, y fue muy doloroso verla allí, sentada en la iglesia”, se sinceró Diana. Por cierto, Diana logró excluir su presencia del banquete nupcial, sin embargo, confesó lo mucho que le dolió que Carlos se atreviera a llevarla al que debía ser 'el mejor día de sus vidas'.
Esto fue apenas unas horas después de que el hoy monarca le confesara que no tenía la real intención de formar una familia con ella y confesarle su amor por Camilla.
Gracias a lo anterior, Lady Di describió el día de su boda como el peor de su vida y dijo que lo que sentía al momento de caminar hacía el altar era parecido a lo que “un cordero siente rumbo al matadero”.