El Rey Carlos III empezó con todo su mandato como monarca, y es que el hijo de la reina Isabel II está siendo criticado por no respetar una de las últimas voluntades de la fallecida reina madre.
Y es que Isabel II, dejó para su gran amiga y modista de confianza, Angela Kelly, una propiedad dentro del Castillo de Windsor, y una habitación en el palacio de Buckingham.
Desde el año pasado, el tabloide Daily Mail reveló que días después de la muerte de la monarca, se cambiaron varias de las cerraduras de algunas de las casas de la zona de Windsor, para que solo el personal autorizado pudiera acceder.
En ese momento, Angela Kelly perdió el acceso a varias áreas, pero mantuvo su casa. Sin embargo, ahora, más de ocho meses después, la modista tiene que despedirse de su casa.
Aunque Carlos III también quitó la habitación de Angela de Buckingham, el nuevo Rey ha puesto a disposición de la modista una propiedad en el Peak District, para cumplir con los deseos de su madre. Esta casa podrá ser utilizada por Angela Kelly hasta el final de sus días y después volverá al patrimonio de la Corona. Pese a que la relación de Carlos con Angela Kelly nunca fue estrecha, no quiere desafiar los deseos de su madre y no tiene la intención de desamparar a su mano derecha.
No obstante, según apuntan varias fuentes, se ha pedido a Kelly que no hable más de su amistad con la monarca, a pesar de que se cree que ella misma le pidió autorización a Isabel II antes de morir para un nuevo libro, que esperaba que le sirviera como una especie de ‘pensión’ para el final de sus días.