A casi dos meses de la muerte de la reina Isabel II, los detalles en torno a su partida siguen dando de qué hablar en todo el mundo, pues se ha levantado una nueva sospecha sobre una misteriosa enfermedad que padecía la monarca británica en sus últimos años.
Recordemos que la soberana de Reino Unido, enfrentaba en meses previos a su deceso, múltiples problemas de movilidad así como debilidad al andar, esto tendría una explicación, de acuerdo con una próxima biografía.
Según 'The Mirror', Gyles Brandreth, amigo cercano a la familia real, afirmó al escritor del libro “Elizabeth: An Intimate Portrait”, que Isabel II luchaba contra un extraño tipo de cáncer de médula ósea.
"Escuché que la reina tenía una forma de mieloma, cáncer de médula ósea, lo que explicaría su cansancio y pérdida de peso y esos 'problemas de movilidad' de los que a menudo nos hablaron durante el último año de su vida”, contó Gyles.
"El síntoma más común del mieloma es el dolor óseo, especialmente en la pelvis y la parte baja de la espalda, y el mieloma múltiple es una enfermedad que suele afectar a los ancianos”, agregó.
Esta revelación contrasta con lo declarado por el Palacio de Buckingham el pasado 8 de septiembre, cuando murió la reina, pues se dijo que fue debido a causas naturales que trajo consigo el desgaste de su avanzada edad.
Asimismo, Gyles puntualiza que para el tipo de cáncer que supuestamente tenía la monarca de 96 años, no existe cura, por lo que únicamente lo controlaba con medicamentos que eran útiles por poco tiempo de vida.
"Actualmente, no existe una cura conocida, pero el tratamiento, que incluye medicamentos para ayudar a regular el sistema inmunitario y medicamentos que ayudan a prevenir el debilitamiento de los huesos, puede reducir la gravedad de los síntomas y prolongar la supervivencia del paciente en meses o dos o tres años”, señaló.