El rey Carlos III ha sido señalado desde hace algunos años por sus presuntos berrinches e imposiciones, por lo que muchos seguidores de la realeza apostaron a que su nueva decisión se trataría de algo personal, no obstante, su nueva prohibición está llena de buena intención y su amor por los animales.
Aunque desde hace algunos años se prohibió la venta en todo Gran Bretaña, de uno de los platillos más lujosos y de origen francés, que puede haber: El foie gras, que consta de hígado de pato o ganso, que ha sido sobrealimentado, por lo que su uno de sus órganos vitales se hipertrofia y así es como se comercia. De acuerdo con la denominación francesa sólo se le llama así a un hígado de pato cebado por sonda (una alimentación forzada).
Ahora es en las residencias reales donde se ha vetado el exótico platillo, que resultaba ser uno de los predilectos de Kate Middleton.
Cabe señalar, que desde el año 2000, según la asociación Animal Equality de Reino Unido está prohibida la producción de este alimento, bajo una interpretación de sus normas de bienestar de los animales de granja, pero en febrero del año 2008, de acuerdo con la prensa británica, el entonces Príncipe Carlos, emitió la orden de que prohibía la venta del producto en Gran Bretaña.
Carlos III puso nuevamente el tema sobre la mesa y hace 6 días, la People for the Ethical Treatment of Animals (PETA) confirmó a través de una carta, que estará completamente prohibido servir foie gras de todas las residencias reales, como Balmoral, Sandringham, el Castillo de Windsor, el Castillo de Hillsborough y el Palacio de Buckingham.
El portavoz del rey Carlos III escribió a un grupo de manifestantes de PETA, que el foie gras no sería comprado y/o servido en ninguna de las casas reales, algo que la organización aplaudió, agradeció e insta al resto de la población a retirarlo de las cenas de navidad y cualquier otra ocasión especial.