La mala relación que existió entre la princesa Diana y el ahora rey Carlos III, fue tal que hubo momentos en los que discutieron sin importarles quién pudiera estar escuchando. Los tormentosos años de matrimonio siguen dando muchísimo de que hablar cuando de realeza se trata.
Ahora, toca el turno de hablar de un nuevo libro, recientemente publicado, escrito por Christopher Andersen ‘The King: The Life of Charles III’(El rey: La vida de Carlos III), mismo que relata que un empleado habría sido testigo de una fuerte confesión del monarca, afirmando que era homosexual.
De acuerdo con Page Six, las palabras del actual monarca de Reino Unido, habrían ocurrido después de que Diana le preguntara a su esposo: "¿Por qué no te acuestas conmigo?". Y él habría respondido, con sarcasmo: "No sé, querida. Creo que podría ser gay", habría sido su respuesta.
La situación habría sucedido en la casa de descanso de Carlos III, conocida como Highgrove House, y el testigo de la situación detalló en el libro que Diana de Gales “perseguía, literalmente, a su esposo por los pasillos, escaleras y de habitación en habitación", antes de que, supuestamente, le hiciera la cruda confesión. Asimismo, según lo que se revela, él "a todos los efectos y propósitos detuvo unilateralmente su relación sexual con la princesa".
Según Page Six, el libro relata que después de negarse a tener intimidad, comenzó una acalorada discusión entre ambos. Él le habría exigido que lo tratara como se “merecía” por su “posición”: “¿Sabes quién soy?”, le habría preguntado. Según se detalla, Lady Di lo habría tildado de “maldito animal”. "¡Nunca serás rey! William sucederá a tu madre. Me ocuparé de eso”, le habría dicho en ese entonces.
El libro señala que, desde aquella discusión "los enfrentamientos entre Diana y Carlos eran tan crudos que ‘la violencia parecía inevitable'", según lo dicho por uno de los guardaespaldas de la pareja. Por si fuera poco, el hombre declaró que “los detectives, a cargo de proteger a los miembros de la familia real, estaban profundamente preocupados de que, en el calor de la ira, cualquiera de estos pudiera usarse para cometer suicidio, homicidio o ambos”.