Aunque la familia real qatarí es casi desconocida en el continente americano y nuestra atención suele centrarse en la realeza británica; tenemos que hablar de su jequesa, Mozah bint Nasser Al-Missned, quien en el mundo de la moda es todo un icono por su elegancia y sofisticada manera de vestir, situación que se repite con la actual primera dama del país, la jequesa Jawaher Bint Hamad Bin Suhaim Al Thani.
Desde la fundación de Qatar en 1868, en aquel lugar ha habido casi una docena de emires y las transiciones en el trono no han sido precisamente amables. También sabemos, por lo que se ha publicado en la prensa británica, que la fortuna de los Al Thani, como se conoce a la dinastía, ronda los 335.000 millones de dólares.
Tan solo el actual emir, el joven Tamim bin Hamad Al Thani, tiene una fortuna personal que se calcula en 2.000 millones de dólares. Son cifras descomunales, desde luego, pero una minucia en comparación de los 1,4 trillones de dólares (han leído bien: trillones) que tiene la familia real saudí o los 360.000 millones de los kuwaitíes.
En datos actuales, desde el año 2013, el emir es el jeque Tamin bin Hamad Al Thani, nacido el 3 de junio del 1980 y, a sus 41 años, el monarca más joven del mundo. Es el cuarto hijo del anterior soberano, Hamad bin Khalifa, el cual abdicó después de haber gobernado desde el 1995 (hoy es conocido como el «emir padre»).
La transición de poder entre padre e hijo se hizo de manera pacífica, cosa inaudita en un reino que solía cambiar de emir a base de golpes de estado. El propio Hamad bin Khalifa consiguió el trono después de dar un golpe (al parecer, sin derramamiento de sangre) en contra de su propio padre aprovechando que su éste último estaba en Ginebra (Suiza).