Tras los servicios funerarios de la reina Isabel II, han resurgido las miles de teorías que apuntan a una mala relación entre Meghan Markle, el príncipe Harry y los demás miembros de la familia real; incluso se hablado de un ultimátum que habría puesto el rey Carlos III a su hijo para que abandone a su esposa.
Aunque desde el Megxit ha quedado claro que Harry da su lugar a su mujer, gracias a este último intercambio de fotos que probaría una presunta enemistad, o momentos de tensión entre los integrantes de ‘La firma’, han resurgido algunas de las muestras de desprecio que la familia real siempre ha tenido hacia Markle.
La mayor prueba de desagrado le habría dado el fallecido duque de Edimburgo, Felipe, esposo de la reina Isabel, quien sin ningún reparo reprendió las intenciones de matrimonio de Harry hacia Meghan, advirtiéndole que las actrices “son sólo para divertirse con ellas y no para formar una familia”.
“Uno sale con actrices, no se casa con ellas”, fue la frase con la que Felipe de Edimburgo intentó persuadir a su nieto, quien tuvo una juventud alocada y rebelde, para que no diera el gran paso hacia el altar con una ex actriz.
Recordemos que el duque de Edimburgo siempre fue uno de los mayores ‘filtros’ a pasar por las mujeres que osaban acercarse a miembros de la familia real, sin excluir a Diana, por quien siempre sintió poca empatía y por lo que fue señalado por el padre del novio de Lady Di como responsable del accidente que cobró ambas vidas.
A esta lapidaria frase se suman las declaraciones de Meghan en la entrevista con Oprah, donde afirmó que siempre se sintió maltratada y juzgada, lo que la llevó a vivir en depresión e incluso pensó en quitarse la vida; sin olvidar los presuntos comentarios racistas que habrían hecho sobre el color de piel de Archie, mientras ella estaba embarazada.