La boda de la princesa Diana y el ahora rey Carlos III fue un suceso mundial inédito. Tanto así que tras varias décadas realizado, y pese a que él está casado con otra mujer, el tema sigue marcando tendencia y dando de qué hablar. En esta ocasión ha resurgido el menú que los importantes novios le gustaron en su día especial.
Aunque años más tarde ambos coincidieron en que había sido un día más que triste, porque ninguno estaba realmente convencido de que casarse era la mejor opción. Carlos porque amaba a otra mujer y Diana porque se enteró de ello apenas unas horas antes de caminar hacia el altar.
No fue un matrimonio feliz, sin embargo su boda si fue una de las más espectaculares que se han visto en la historia del mundo moderno. Cada detalle fue cuidado a tal punto que el vestido, la iglesia, los invitados, los regalos y por supuesto la comida fueron un tema durante mucho tiempo.
Después de la espectacular misa, que fue transmitida en televisión británica por la BBC, Diana de Gales y Carlos ofrecieron un desayuno nupcial para sus miles de invitados; va a decir que tuvieron que realizarse 27 pasteles para los comensales.
El menú incluyó las tradicionales fresas con nata, rémol en salsa de langosta y pollo Príncipe de Gales (relleno con mousse de cordero) .
Además, la tarta oficial de la boda (una tarta de frutas con glaseado blanco de metro y medio de alto) estaba decorada con el escudo de armas de Carlos, el blasón de los Spencer, y motivos florales entre los que se contaban rosas, lirios del valle y orquídeas.
Camilla, la invitada incómoda
Aunque logró 'colarse' a la misa y esto provocó que Lady Di sufriera durante su marcha nupcial, la fallecida princesa logró que la amante de su -ya- esposo, no acudiera al majestuoso desayuno que prepararon para sus invitados.