Lucila Mariscal ha tenido serios problemas en su vida personal que afectaron también a su exitosa carrera, pues tras la desaparición de su hijo en 2009, la actriz sufrió accidentes y estafas que la llevaron a la ruina económica y ahora que tiene un negocio le envió un mensaje a los productores de televisión.
La intérprete del famoso personaje de Lencha sufrió una caída que le impidió caminar por un largo tiempo, así que no pudo participar en proyectos televisivos como lo hizo años atrás en producciones como ‘La carambina de Ambrosio’, ‘Los Polivoces’ y ‘Siempre en domingo’.
La famosa comediante de 81 años reveló que desde hace tiempo, los productores no la llaman, ni hacen invitaciones para participar en proyectos, por lo que aprovechó las cámaras de ‘Sele el sol’ para pedirle a los productores que la tomen en cuenta para interpretar para algún papel.
Mientras tanto, Lucila Mariscal decidió abrir un negocio de comida al sur de la Ciudad de México, en donde ella misma tiende a los clientes, en ocasiones vestida como Lencha, por lo que también invitó a los televidentes a acudir al negocio.
“Soy todóloga... vengan aquí, yo los atiendo personalmente y también Doña Laura, que es muy movidita, muy activa y tiene muy buena sazón, no tan buena como yo. A mí a la cocina, antes, no me gustaba ni entrar y ahora no salgo de ella. Papuchos y papuchas vengan a comer cuando se les antoje, en la mañana tenemos almuerzos y bien ricos, con gorditas de chicharrón, con sopes, con quesadillas, con lo que se les ocurra, de todo hay aquí, si no hay lo hacemos”, mencionó a ‘Sale el Sol’.
Este negocio es el que le ha ayudado a la también cantante y compositora a solventar sus gastos, pues destinó gran parte de sus ahorros en la búsqueda de su hijo, quien simplemente “desapareció” cuando era subdirector de seguridad de Linares, Nuevo León: “Me lo extrajeron y lo sacrificaron, creo, no sé nada, ya tiene 14 años”, dijo este 2023.
Su búsqueda también le valió amenazas, posteriormente una caída en su casa le provocó una fractura de cadera que le impidió trabajar y su situación empeoró cuando su ex esposo la estafó.
“Me sacó una casa en Tabasco y luego otra ahí atravesando el Río Grijalva y luego otra para su hermanita, ¡que estaba muy pobre!, ¿yo qué culpa tenía? Desgraciado, drogadicto, se drogaba y me golpeaba”, contó.