Florinda Meza es una querida actriz que se ganó el cariño del público gracias a su personaje de Doña Florinda en el exitoso unitario de comedia de los años 70, “El Chavo del 8”, sin embargo es sabido que fue la segunda esposa del creador, productor y actor Roberto Gómez Bolaños, fallecido en 2014.
En una reciente entrevista con Adela Micha, Meza recordó un sinfín de anécdotas al lado su esposo, entre éstas, la vez que alteraron sus bebidas en la boda de Roberto Gómez Fernández hijo del veterano histrión, con la actriz Chantal Andere.
En su relato, Florinda Meza no está del todo segura quién fue el culpable de alterar las bebidas, pero los efectos en su organismo fueron demasiado graves, al grado de provocarle un accidente en su nariz.
“Nos podríamos haber matado Roberto y yo, por una bebida. Me partí la cara y mi hermosa nariz, la tuvieron que reconstruir... Fue en la boda de Robertito con Chantal, en el 2001. Yo había dejado mis lentes en la mesa donde estaba y me sentía muy mal”, contó.
La también productora detalló lo que sintió casi inmediatamente una vez que tomó el líquido con las sustancias ilegales, por lo que no logró distinguir esas sensaciones y las confundió con un infarto.
“Empecé a sentir como si mil alfileres me picaran en todo el cuerpo, sentía caliente la cara, y el corazón lo sentía en las orejas, como si tuviera taquicardias o arritmias o lo que fuera, pero me sentía fatal”, explicó Florinda Meza.
Asimismo, la histrionisa de 73 años se arriesgó a conducir bajo los efectos de las drogas y provocar un accidente al lado de su esposo, pero fue gracias a una patrulla que se salvaron de una tragedia de tránsito.
“En ese entonces todavía no los usaba para manejar, pero se me habían olvidado en la fiesta, entonces me regreso por una calle, iba en sentido contrario, una patrulla nos detiene, y me dice ‘ah, bebió usted’, le dije ‘no, no, porque yo vengo manejando”, narró.
Las autoridades en ese momento lograron ayudar a la viuda de Chespirito y al actor, es por eso que pudieron identificar que las sustancias que les fueron vertidas en su bebidas eran cocaína, LCD y metanfetaminas, aunque no se sabe quién administró tales drogas y con qué finalidad.
“Yo pensé que me estaba dando un infarto. Me quiere ayudar a bajar, me pone una pierna, me pone otra, me deja deteniéndome de la puerta, pero se acerca mi perro, por quitar al perro, empuja la puerta y me voy como regla contra el piso, yo le ordenaba a mis brazos y no me obedecían, entonces me partí la cara”, finalizó.