Aunque ahora mismo, Camila Fernández tiene una vida de ensueño, junto a su esposo Francisco Barba, con quien tiene una preciosa bebé, lo cierto es que para la nieta de Vicente Fernández es casi todo un milagro que la vida le haya dado una segunda oportunidad.
Y es que cerca de 2016, la joven hija de Alejandro Fernández, asistió a una fiesta con sus amigos, de donde salió gravemente lesionada, tras intentar dar un giro en el aire mientras saltaba en una cama elástica.
“Tenía yo 18 cuando todo pasó. No quería hablar del tema porque yo decía ‘¿para qué?’, no quiero tampoco que me vean con lástima (…) Estaba en unos brincolines y caí de cara, también me rompí la nariz y me tuvieron que hacer una operación. Por querer hacer un flip en el aire, caí de cara, primera vez que intenté hacerlo, así que tengan mucho cuidado”, contó en 2019 para la revista ‘HOLA!’.
“Me fisuré unas cervicales, me comprimí unos discos que estaban afectando unas terminales nerviosas muy importantes y perdí la fuerza de los brazos y las manos que, después, con terapia pude recuperar, luego de siete meses en cama. Gracias a Dios estoy mejor, sigo yendo a terapia, pero ya estoy mucho mejor”, detalló la joven, quien tuvo que pasar más de 7 meses recostada y pasó tres años en terapia luego del fatal accidente.
Durante ese tiempo, Camila, reconoció que sus papás y su familia en general se convirtieron en su mayor pilar para luchar y salir delante de esta difícil condición. Aunque con los procesos terapeúticos la movilidad volvió, el tiempo que Camila pasó en cama consumió casi por completo su musculatura y fuerza, por lo que movimientos básicos le costaban muchísimo trabajo, por ejemplo, sostener un micrófono.
“Gracias a Dios tuve a mi familia ahí y eso me ayudó muchísimo, tuve que ir a muchas terapias, sí me tope con pared, sí me desesperé mucho, sí me sentí inútil, tuve una depresión muy fea que pensé que ya no iba a llegar a nada en mi vida”, dijo en 2019.
Actualmente, Camila goza de gran calidad de vida gracias a sus terapias y cada año tiene que realizarse una resonancia magnética para descartar que pueda haber una afectación en las cervicales o columna.