Ser una estrella de cine internacional puede tomar mucho tiempo y dedicación y a veces no se logra. Pero hay quienes parecen haber nacido para brillar y con luz propia. Este es el caso de la joven actriz Anya Taylor-Joy.
Desde su debut cinematográfico en “La bruja” de Robert Eggers y su paso por cintas dirigidas por M. Night Shyamalan, Edgar Wright y George Miller, además de la popular serie de Netflix “Gambito de dama”, la artista de origen argentino ha consolidado su carrera en una de las industrias más volátiles y competitivas.
Y su ascenso no parece tener fin, pues ahora protagoniza “El menú” junto a Nicholas Hoult, un largometraje de terror de comedia negra en donde -Joy interpreta a Margot, una joven con mucho carácter relacionada con un extraño mundo de la gastronomía.
¿Cuál dirías que es la premisa de la película?
Para mí es una sátira extremadamente negra que no se guarda nada en su crítica a las pretensiones de la sociedad de la alta cocina.
¿Cuál fue tu primera impresión del guión?
Primero me enamoré de la manera en la que estaba escrito. Me pareció que Seth (Reiss) y Will (Tracy) eran muy inteligentes y divertidos. Cuando lees un guión y te ríes sola quiere decir que la cosa va a funcionar. Pero después me encantó lo inesperado de la historia y me entretuve mucho leyéndola, así que automáticamente pensé que si me estaba divirtiendo leyéndola, la gente se iba a divertir viendo la película. Me interesa hacer cosas divertidas, extrañas y satíricas.
Margot no encaja con los demás comensales, ¿cómo te imaginas que sería el resto de su vida?
Siempre pensé que sería muy autosuficiente y feliz dentro de su independencia. No tendría muchos amigos, y no porque no pudiese tenerlos, sino porque se sentiría más cómoda sola. Me imagino que tiene un gato y un apartamento con muchos libros. Le gusta lo que le gusta y genuinamente –no estoy revelando nada con esto– le gusta su trabajo, hasta cierto punto. Creo que cuando la conocemos en la historia, está llegando al momento en el que ya no le gusta tanto lo que hace para ganarse la vida.
El chef elige a Margot como aliada, ¿qué te parece que él ve en ella?
Creo que es exactamente eso, la insatisfacción que los dos sienten con su vida en ese momento. Y porque, obviamente, son dos extraños, creo que hay sentimientos en el aire. Creo que ellos lo sienten, el uno del otro, y que apenas comienzan a hablar entre ellos, les resulta natural.
Este personaje tiene mucho carácter, como Beth en “Gambito de dama”, ¿es algo que buscas en los personajes, una cierta intensidad que te dé algo con lo que trabajar?
Creo que los personajes te eligen tanto como uno los elige a ellos. Veo que hay una correlación entre los personajes que interpreté, en el sentido de que normalmente son personas relegadas o subestimadas en cierto sentido, que se sublevan y usan su habilidad, su ingenio para cambiar la situación en la que se encuentran. Y eso es algo que es siempre interesante porque significa que uno recorre un camino con ellos desde donde empiezas hasta donde terminas. Pero sí, me gustó que Margot tuviera mucho carácter. Me encantó que a ella genuinamente no le importara lo que los demás pensaran de ella. Fue divertido interpretar eso.
¿Qué dice esta película sobre comida y sobre clase?, temas que aborda directamente.
Creo que advierte sobre atiborrarse de todo y correr el riesgo de volverse apático. La comida y la vida están para disfrutarlas. Hay un nivel de pretensión en el que dejas de disfrutar las cosas. Termina siendo más sobre la imagen que sobre la experiencia. Y espero que eso sea lo que la gente se lleve de la película. Que a veces podemos tomarnos menos en serio las cosas si eso implica disfrutarlas más. La ironía del plato de pan sin pan. Esa gente estaba encantada de que le sirvieras nada. Porque si les servías algo, era potencialmente vulgar. Lo que es absurdo, totalmente absurdo, no tiene ningún sentido. Supongo que una de las razones por las cuales el chef Slowik quiere hacer lo que hace es porque está harto de ver a estas personas. Son clientes imposibles de satisfacer. No hay nada que puedas hacer para satisfacerlos porque se atiborraron de experiencias y a esa altura, estás siempre buscando otra cosa o te volviste totalmente apático.
Hablemos de comida. ¿Cuál es su tipo de comida preferida?
Diría que la que más me gusta es la italiana, pero también soy vegana. Así que la cocina italiana vegana, si es posible, de cualquier manera, forma o tamaño. Tuve muchísima suerte, estaba haciendo una película en Filadelfia en donde había restaurantes que hacían una comida increíble, casi una imitación perfecta, pero que realmente tenía el gusto de la original. Era deliciosa. Restaurantes como Charlie was a sinner me enseñaron que el veganismo no tiene por qué excluir todas esas comidas que te gustan. Las puedes comer, lo único es que están hechas con otros ingredientes.
Tienes un ritmo intenso de trabajo, ¿lo haces para aprovechar el momento que estás atravesando?
Siempre trabajé mucho. No me pareció que hubiera otra vida para un actor hasta este momento, así que me acostumbré a trabajar de esa manera y quería contar esas historias, porque es el lugar en el que me gusta estar. Creo que todos los papeles que hice me tocaron por una razón, y terminé aprendiendo algo no solo sobre mi profesión, sino sobre mí misma. Me siento muy afortunada de estar transitando este camino.