Hace una década llegó a México siguiendo el proyecto familiar de instalarse junto toda la familia en el Distrito Federal y se enamoró tan fuerte del país que terminó adoptándolo como su nueva casa. Primero fue su marido, Diego Olivera (53), quien aterrizó en México y tras el éxito que supo conseguir el galán, lo siguieron Mónica Ayos (49) y sus hijos: Fede Ayos (29) y Victoria Olivera (18). Por estos días, la actriz está grabando una nueva serie para HBO y, en medio de las largas jornadas de filmaciones, conversó con Pronto sobre su exitoso presente profesional. Después de haberse lucido en telenovelas como Triunfo del amor –donde compuso a la inolvidable Leolena Montenegro-, Como dice el dicho, Antes muerta que Lichita y Las amazonas, acaba de grabar un personaje muy jugado en La desalmada, la ficción más vista del momento en México.
-¿Qué podés adelantar de tu papel en La desalmada?
-Grabé hace ya un tiempo un personaje oscuro que saldrá al aire aproximadamente en un mes para La desalmada, en donde por una cuestión de tiempos fue una participación especial y ya. Amé formar parte de su historia ya que es la novela número uno del momento, la más vista de México así que estoy muy contenta.
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-¿Cómo fue que se instalaron en familia en México?
-Vivo en México desde 2011. Diego viajó antes, en 2006 para protagonizar Montecristo y ya después fuimos yendo y viniendo entre Argentina y México pero realmente la logística se complicaba un poco por las horas de distancia. Así que percibimos que era un buen momento para capitalizar lo que nos pasaba ampliando el horizonte en la proyección de nuestras carreras y así fue que nos instalamos en México. Aprovechamos cada posibilidad de expandirnos.
-¿Y tus días cómo son?
-Los días dependen mucho del tipo de ficción en la que esté. Si es cine y no es en el país, generalmente nos ausentamos varias semanas; si es una serie o algo similar o si el proyecto es una novela, son más meses pero es en México y no afuera. Eso nos da la posibilidad de compartir más horas en familia y estar más tiempo juntos. O sea que repartimos las horas entre el trabajo, las filmaciones y vida familiar.
-Estás en un gran momento laboral. Se viene algo nuevo en HBO. ¿Qué podés adelantar?
-En estos últimos años los contratos de confidencialidad se pusieron muy de manifiesto así que no puedo contar de más pero sí comentarte que es un libro maravilloso y cada historia tiene un color diferente. Es un desafío hermoso, me moviliza el perfil de mi personaje y el elenco es un lujo. Estoy muy feliz y agradecida.
-¿Cómo te recibió el país cuando llegaste? ¿Cómo fue armar la vida familiar en el DF?
-Lo que empezó siendo un acompañamiento familiar, terminó abriendo puertas de proyección en mi carrera de manera superlativa. Fueron decisiones difíciles que hoy a la distancia las vemos acertadas. Se requirió de mucho amor, valentía y bases sólidas en nuestro proyecto de familia y el profesional. Y también de mucha inteligencia emocional.
-¿Qué costumbre mexicana adoptaste en tu vida?
-¿A ver? Sí, ya sé: como chilaquiles en mi desayuno pero no de los picantes, ¿eh? Al chile picante todavía no me acostumbro y te puedo decir que de México mi comida favorita son los tacos de camarón. ¡Me encantan!
-Diego Olivera y Fede Ayos la rompen como actores en México. ¿Cómo vivís vos el éxito de sus carreras?
-El de Diego fue el primer envión de esas alas que él desplegó aquí en 2006. Lo vivimos acompañándolo en familia desde un amor y una emoción enormes por verlo en un lugar tan merecido. Meses después, empecé a trabajar yo con la villana Leonela y fue el puntapié inicial para el resto de los personajes que hice aquí en Televisa. Dos años después, al recibirse nuestro hijo Federico que ya venía con mucha formación actoral, siguió estudiando aquí y decidió empezar a hacer castings pero sin decir que era hijo de nadie. Nos enteramos tiempo después y los productores lo contrataban sin saber quién era, hasta que les tocó a ambos la misma novela y fue un sorpresón para todos. Fede es muy Ayos: se ganó su lugar a pulso y con su brillo propio. Hoy la rompe, es un pedazo de actor que me enorgullece muchísimo.
-¿Cuál fue el trabajo que más disfrutaste hacer en México?
-De un tiempo a esta parte empecé a hacer series y me gusta mucho el disfrute del set en cada historia a contar. Si hablamos de novelas, creo que las gemelas que compuse en la adaptación de Las tres Dianas, cuando hice a Diana Elisa y Diana María, fue una gran experiencia.
-¿Trabajar en México también te abrió las puertas a otro mercado?
-Sí, claro. Sobre todo me abrió las puertas del cine y las series. Era algo que si bien ya venía haciendo, se dio de un tiempo a esta parte de un modo más dinámico.
-¿Lo que más extrañas de Argentina?
-¡El asado en familia! También extraño mucho a mis plantas, los domingos en San Telmo, un verano en Mar del Plata y básicamente a mis amigos.
-¿Cómo atravesaste la pandemia y cómo fue volver a actuar pero con protocolos?
-Tuve la fortuna de trabajar durante esta situación tan particular. A la pandemia la comenzamos en México y luego aprovechando el tiempo de incertidumbre, la continuamos en nuestro hogar de Miami ocupándonos de otros asuntos, que van más allá de nuestra profesión y que llevamos adelante en La Florida.